Después de un rato comienzo a pensar que los laboratorios no son tan geniales como yo pensaba, quizás sea porque no entiendo mucho de lo que está en ellos, además no me he querido acercar a todas sus máquinas o tubos ya que de seguro me meterÃa en un problema mayor si algo se rompiera, decidido a seguir mi ronda nocturna por el resto de la universidad escucho un ruido al fondo del salón vecino, ¿será que alguien entró?, de inmediato tomo mi macana y me aseguro de tener en orden mis otras herramientas, tomo la lampara e intento abrir la puerta de la manera más silenciosa posible... ¡Cerrada!, por suerte me fueron otorgadas un par de llaves maestras, mismas que pueden abrir prácticamente cualquier puerta en la universidad, ahora si abro la puerta, pero no encuentro nada más que mesas vacÃas y aparatos acumulados por doquier, finalmente enciendo la luz de la habitación gritando fuerte "alto, ¿quién está ahÃ?" pero no hay respuesta, con la luz extra puedo darme cuenta de que usan el salón solo como un bodega y eso me hace pensar que alguien pudiera querer entrar para robar algún objeto de valor, pero parece que nadie a entrado a este lugar desde hace años; todo esta sucio y empolvado y no hay ni rastro de que alguien halla movido nada en lo más mÃnimo últimamente, pensando en que todo fue solo mi imaginación me decido a cerrar y regresar, pero entonces justo antes de apagar la luz y salir mis pies encuentran camino con una rata que sale rápidamente por la puerta, lo que me hace caer, al menos ahora se de que se trataba el ruido. Me alegro de haberme topado con una rata y no con un intruso humano, a pesar de mi tamaño y mi fuerza no me es grato tener que someter a alguien, por más que lo he hecho ya muchas veces simplemente no me termina de gustar. Desde mi nueva perspectiva me doy cuenta que una de las mesas termina en una "media puerta" que no se puede ver estando de pie en la habitación, y como mi curiosidad no me deja solo jamás, muevo la mesa para poder tener acceso a la pequeña puerta; tiene poco menos de un metro de altura por lo que la mesa la escondÃa perfectamente. Al pasar la puerta, que de hecho no posee cerradura de ningún tipo, me encuentro en una pequeña habitación que parece ser un baño que al igual que el resto se encuentra empolvado y en el olvido, lo único anormal que me encuentro es una pistola de juguete igual de mohosa que todo lo demás, en realidad pensaba encontrarme con más... pero bueno, es solo una escuela. Tomo la pistola, acomodo todo de nuevo, apago las luces y me marcho.
De vuelta en la caseta de vigilancia me doy cuenta que ya falta solo hora y media para terminar mi turno y ya que no quiero repetir lo mismo que la última vez me dedico a limpiar y pulir la pequeña pistola para entretenerme, ya limpia se ve en buen estado y la verdad es que contrario a la mayorÃa de las que he visto desde niño está es bonita, me recuerda a alguna clase de aparato futurista de la televisión, lo único que le falta son unas buenas baterÃas, seguramente hace ruidos con luces o alguna de esas payasadas, pienso que podrÃa regalársela a mi sobrino la próxima vez que lo vea, parece un artÃculo de colección. Sin darme cuenta pasa el tiempo y mi supervisor llega, como siempre, muy temprano, y luego de revisar que todo está en orden marca el mismo mi ficha de salida diciéndome antes de salir "Matt me da pena decir esto pero la universidad va a hacer recorte de personal y no quiero ser injusto al tomar una decisión, por eso a partir de este momento todos se encuentran a prueba, solo quiero que sigas haciendo bien tu trabajo, porque yo se cuanto necesitas el trabajo" yo simplemente le sonrÃo antes de salir y darle las gracias.
Por fin en casa he comprado unas baterÃas para la pistola, y al abrir el compartimento me encuentro con un pequeño manual de instrucciones que tiró a la basura de inmediato, ¿Quién necesita instrucciones para un juguete de estos?, de cualquier modo ya estoy muerto de sueño asà que lo dejo para más tarde la dejo solo con las baterÃas puestas y ya sentado en la cama doy un disparo solo por jugar: la pistola hace un ruido fuerte seguido de una luz cegadora que impacta en el techo de mi habitación, me quedo boquiabierto y dejo caer la pistola al suelo, no puedo creer que un juguete sea capaz de hacer algo asÃ, sin embargo, puede que no sea un juguete, considerando donde la encontré puede ser que se trate de alguno de los experimentos de la universidad. Tras recuperarme de choque recuerdo la pequeña hoja con instrucciones asà que voy a buscarla a mi cesto de basura, tomo la pistola y me encuentro con esto en la nota: "Replicador exclusivo para uso en seres vivientes, las copias no serán del todo idénticas úsese con precaución; dispare directamente al objetivo y posteriormente vuelva a disparar con el apuntador en posición vertical hacia el suelo. Peligro, en etapa experimental" "¡Esto no puede ser posible!" me da curiosidad y miedo de probarla al mismo tiempo, pero me armo de valor y con los ojos cerrados disparo al helecho que está al lado de la puerta: otra ves el ruido y la ráfaga de luz salen, y al parecer no le producen ningún daño a la planta, luego subo a un banquillo y disparo al suelo para encontrarme con que esta vez en lugar de la luz se produce una especie de masa pastosa que parece moverse, el olor es nauseabundo, casi como el de un cadáver, pero conforme la masa se mueve va tomando otra forma y textura, incluso su olor cambia poco a poco hasta que se convierte en lo que parece ser una copia exacta del helecho al que le habÃa disparado. Aún cuando todo el proceso de replica ocurrió en solo un minuto yo sentÃa como si hubiera pasado eternidades subido en ese banco, examine la planta y parecÃa normal, hasta tenÃa las mismas hojas secas y la misma forma de las raÃces, la tierra y la maceta era lo único que le faltaba, en cuanto me pasó la sorpresa salà a tirar la planta, pero me encontré con mi vecina quien insistió en quedarse con ella, supuse que no pasarÃa nada asà que se la di después de todo era más fácil que darle explicaciones.
Los dÃas pasaron y el trabajo seguÃa igual, esa semana mi supervisor harÃa una junta para comunicarnos a quién tendrÃa que despedir y a pesar de que habÃa estado perfectamente bien estaba algo nervioso al respecto, podrÃa ser cualquiera, incluso yo. Iba pensando en eso mientras entraba al patio de la vecindad cuando escuche la voz de mi vecina que me daba los buenos dÃas, como todas las mañanas estaba barriendo el frente de su casa, amablemente le respondà el saludo y antes de entrar se me ocurrió preguntarle por el helecho que le habÃa regalado, para mi sorpresa me hizo notar que era el que se encontraba justo en la entrada de su casa el cual se encontraba impecable, de hecho en mejores condiciones que el mio, que habÃa dejado descuidado últimamente. Entrando a la casa y tras ver el helecho me pregunte si podrÃa sacarle más provecho a ese aparato, clonar plantas no sonaba nada bien pero me imagine que otro yo serÃa algo curioso y hasta útil, pero estaba ya muy cansado para seguir pensando en eso. Llego el dÃa de la junta y sucedió lo peor que me podrÃa haber imaginado, me despidieron; mi supervisor dijo que no habÃa podido decidir ya que todos tenÃamos un buen rendimiento asà que opto por despedir a quién tenÃa menos antigüedad, es decir a mÃ, estaba deprimido, no sabÃa que hacer, al menos tenÃa la carta de recomendación de la universidad para buscar un nuevo empleo, pero no estaba seguro de que eso pudiera ser suficiente.
En casa no sabia ni en que pensar, asà que salà por un periódico para buscar en los clasificados y me encontré con dos trabajos excelentes ambos eran como jefe de seguridad en un almacén, lo que incluÃa demás del sueldo las comidas en el lugar, al dÃa siguiente me presente, y como esperaba la carta de la universidad como referencia les dejo encantados, tanto que me preguntaron si podrÃa cumplir, al menos de forma temporal ambos puestos, mi sueldo terminarÃa siendo de 4mil quincenales, nunca habÃa ganado tanto en mi vida. Acepte de inmediato pero sin medir las consecuencias; siempre estaba fatigado y cansado, siempre de mal humor y cada dÃa odiaba más el trabajo, por primera vez tenÃa dinero, pero no el tiempo ni la energÃa para gastarlos... fue entonces cuando recordé la pistola y en uno de esos malos dÃas sin pensarlo me dispare, no una, sino dos veces creando dos clones mios. Al principio pensé que serÃan idénticos a mi pero pronto me di cuenta que no era el caso, si bien lo eran fÃsicamente sus mentes parecerán estar ligadas a la mÃa de alguna forma, era como si fueran una extensión de mi mismo más que otros individuos sacados de mi; parecÃan hacer lo que yo querÃa que hicieran en el momento que yo quisiera y sin siquiera decÃrselos, uno de ellos me dijo: "No te preocupes Matt, yo me voy a trabajar y si tu descansas será como si yo descansara" y salió rumbo a mi trabajo al parecer, iba a ir detrás de él pero mi vecina estaba afuera y se habrÃa desmayado o algo asà de vernos al mismo tiempo, por su parte el otro se quedó frente a mi y me miró diciendo "¡Qué músculos!, ¿ya no vas a necesitarlos o si?", Estaba paralizado, no podÃa creer sus palabras, por unos segundos habÃa pensado en que si ellos trabajaban por mi yo podrÃa por fin dejar de hacer tanto ejercicio y descansar un poco más, pero sus palabras... sus palabras me habÃan parecido como una respuesta a ese pensamiento y ese hecho me aterrorizaba pues era de lo más extraño que jamás me pudiera haber imaginado, no pude evitar el pensar en que no solo el ejercicio dejarÃa de ser necesario, sino que también podrÃa por fin engordar, y en ese momento él me dijo "Puedo engordarte todo lo que quieras, todo lo que tu deseas, lo quiero yo también para ti, y se que quieres ser gordo, siempre lo hemos querido..." me sentà idiota por pensar que se trataba solo de un juguete, saben lo que quiero... pero... ¿De verdad puedo confiar en ellos?