"Puedes confiar en nosotros, al fin y al cabo sólo somos una extensión de ti, asà como nosotros podemos saber todo lo que piensas,sientes y deseas tú puedes saber qué es lo que pensamos nosotros, resumiendo no tenemos manera de engañarte" dijo el clon con una cara muy seria y con un tono de voz sereno,
"¿Entonces qué dices?" añadió el clon mientras se acercaba a mÃ. "¿No quieres que se vayan estos horrendos músculos y venga una enorme panza en su lugar?" habló de nuevo el clon mientras me daba unas pequeñas palmadas en el abdomen, yo no sabÃa que pensar, no sabÃa que consecuencias podrÃa tener que estos clones formaran parte de mi vida, ¿Qué podrÃan pensar mis amigos y familia?, me dà la vuelta y cerré mis ojos pensando todo detenidamente, era la oportunidad de mi vida.
Finalmente después de unos 15 minutos, aclaré mi mente y acepté la oferta del clon, estaba decidido a engordarme, ya estaba harto de pesar tan sólo 81 kilos, el clon sólo sonrió e inmediatamente tomó el teléfono y pidió una pizza grande a mi nombre, la cual tardarÃa alrededor de unos 30 minutos en llegar.
Mientras tanto fuà armando junto con él un plan para engordar, que al menos las primeras semanas, seguirÃamos para no hartarme de comida y además ocupar algo de tiempo en mis pasatiempos, al fin y al cabo tenÃa todo el tiempo del mundo, asà que me podrÃa dedicar a ver pelÃculas, jugar videojuegos y leer los libros que compré pero nunca leÃ.
El plan a grandes rasgos consistÃa en una dieta aparentemente normal con tres comidas al dÃa, sin embargo éstas comidas serÃan altamente ricas en calorÃas y carbohidratos variando desde pan, hamburguesas, hot dogs y pizza, en general comidas que una persona normal considerarÃa comida chatarra, ya estando listo el plan de alimentación, me asomé por la ventana a ver si la vecina aún seguÃa en el patio, pero ya se habÃa ido por lo que aproveché para darle al clon mi tarjeta de débito y lo envié al supermercado de la ciudad, al fin y al cabo toda esa comida no iba a venir de la nada, además le di la instrucción de que comprara cualquier otra cosa que él creyera que me iba a gustar, el clon asintió saliendo por la puerta principal, mientras yo me quede a esperar la pizza que habÃa pedido.
Me senté en el sillón de la sala a ver un poco de televisión, no habÃa nada interesante pero era algo bueno para pasar el rato, al poco tiempo sonó el timbre y el aroma a queso fundido llegó hasta mÃ, me levanté apresurado y abrà la puerta, và un muchacho de unos 20 años, era delgado y de cabello castaño, bastante atractivo para ser un repartidor, sonreà cuando me entregó la pizza y yo le dà el efectivo, se despidió amablemente de mà y me dijo que disfrutara de mi pizza, con un tono muy alegre le respondà que seguramente lo harÃa.
La pizza era bastante grande, y al pasar las tres rebanadas ya comenzaba a sentirme lleno, sin embargo no querÃa decepcionarme a mi mismo, o en este caso a mis clones, por lo que tome una gran bocanada de aire, desabroché mi pantalón y seguà comiendo hasta terminarla por completo, toda esa comida me puso muy somnoliento por lo que me recosté en el sillón a tomar una siesta, pensando en lo que serÃa del futuro con todos estos acontecimientos recientes.
Desperté ya en la noche aún un poco lleno por la pizza, y me sorprendà de ver en la cocina montones de paquetes de comida, papas fritas, pan dulce, pastelillos, galletas, en fin montones de comida chatarra, tomé un paquete de galletas y comencé a comerlo mientras subÃa las escaleras, me asomé al cuarto de huéspedes y vi a ambos de mis clones durmiendo, como si supieran que es lo que deberÃan de hacer, sonreà y seguà hasta mi cuarto me recosté en la cama y volvà a caer dormido con una mano en mi aún marcado abdomen...