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Rated: E · Fiction · Children's · #2331034
Max Purrlington se enamora de una muñeca, desconcertando a sus papás.
El regalo de la familia Purrlington








En una fr mana de Navidad, la nieve empaba las ventanas de la casa de la familia de gatos Purrlington y se iba acumulando en los alfeizares, cubridolos poco a poco con su manto blanco.

En el interior, mamLuna, papOliver, su hija Lily y el peque Max dormn en paz. Papy mamestaban acurrucados en la cama, agotados tras el ajetreo de la vpera: el banquete, los regalos, los adornos y un sinf de preparativos.

Max, el hijo peque, se desperttemprano y descendilas escaleras en silencio, procurando no hacer ruido para no despertar a sus padres. El fr del exterior contrastaba con las cidas luces navides y los coloridos adornos que le daban a la sala un aspecto mico y acogedor. El silencio de la casa llenaba su coraz de una expectaci creciente.

Cuando llegal bol, Max mirlas cajas de regalos con asombro. Eran enormes, envueltas en papel brillante, cautivadoras e irresistibles. Buscla que llevara su nombre, pero ninguna estaba etiquetada. Entonces, vio su etiqueta en el suelo, despegada de su caja. Sin poder contener su emoci, abrazuna caja casi tan alta como  y, con sus peques patas temblorosas, la desenvolvicuidadosamente.

Unos minutos despu, los padres de Max se despertaron con sobresalto.

--Oliver! --exclamLuna--. Nos hemos quedado dormidos!

Ambos se levantaron de un salto y se vistieron de prisa, sin importar si las prendas coordinaban entre s Bajaron las escaleras siguiendo las risas y expresiones de jilo que venn de la sala.

Al llegar al timo escal, Luna detuvo a Oliver y le hizo una sel para que guardara silencio. Max estaba en el suelo, con un trozo de papel de regalo rosado cuidadosamente doblado a un lado.

Entre sus brazos, Max acunaba a una preciosa muca gatita de pelaje afelpado en un suave tono amarillo crema. Los ojos verdes de la muca brillaban con dulzura y curiosidad, reflejando la propia admiraci y asombro que sent Max. Llevaba un vestidito rosa con encaje y peques lazos, y sus patitas delanteras estaban cubiertas por unos guantes blancos que le daban un aire sofisticado.

Algunos vestidos y accesorios yacn en el piso, sel de que Max ya hab dedicado tiempo a probarle distintos atuendos de su empaque. Jam hab sostenido algo tan hermoso, que capturara su pensamiento e imaginaci como lo hac esta peque gatita.

--Te gusta tu vestidito, peque Celina? --le susurrMax a la muca con ternura, revelando que ya le hab escogido un nombre--. Si quieres, podemos probarte otro --continu-, para que salgamos a pasear y todos vean lo bonita que eres. Eres tan hermosa... Creo que ser mi mejor amiga, siempre.

--Quhacemos? --susurrOliver, el pap-. Esos regalos son para Lily.

--Shhh! --Luna le hizo una se para que guardara silencio--. Vamos al descanso de la escalera; tenemos que hablar.

Ya en el descanso, Oliver cruzlos brazos, mostrando su impaciencia.

--Esos regalos son para Lily --insistien un tono bajo pero firme, intentando mantener la calma a la fuerza.

Luna asinti pero redoblsu determinaci, respondiendo en un susurro apresurado: --S Oliver, lo s Pero... vas a quitsela as sin m? No viste co trataba a la muca?

Como si solo hubiera estado esperando esa pregunta, Oliver se giry empeza bajar, decidido, o al menos eso hubiera hecho si Luna no le hubiera puesto una pata en el pecho, detenidolo.

--No seas tan duro --le susurrcon urgencia--. Max estencantado, Oliver. No puedes simplemente arrebatsela as

Oliver suspir mirando al techo como buscando paciencia.

--Tampoco podemos dejsela. No podemos darle todo lo que quiera solo porque se emociona, Luna. Es parte de crecer! Tiene que aprender a enfrentar la realidad.

--Shhh! M bajo, que vas a despertar a Lily --Luna siguihablando ridamente, deseando cerrar la conversaci lo antes posible--. S estoy de acuerdo, pero al menos dile con tacto, mutrale su verdadero regalo, y convcelo de que es mejor que la muca.

Oliver asinti respirando hondo, y comenza bajar las escaleras de nuevo. Pero Luna, por segunda vez, lo detuvo, sujetdolo del hombro y girdolo hacia ella.

--Y si ya no le gusta su regalo?

--Y qu --Oliver se encogide hombros y buf con una expresi cansada.

--Co que "y qu? Lo har llorar, Oliver. Quieres marcarlo aspara el resto de sus ds?

--Es un hombre, sabrafrontarlo. No tendrtodo lo que quiera siempre; es parte de madurar. Tiene que aprender a sobreponerse, o crees que mi infancia fue fil?

--Y tcrees que la m lo fue? Seguramente pensaste que mis pap eran millonarios cuando te casaste conmigo, verdad? Si con esfuerzos mi pappudo pagar la iglesia.

--Y luego?

--Y luego qu Oliver? --indicLuna con un tono notablemente molesto--. Que nuestra infancia haya sido difil no significa que debamos convertir la de nuestros hijos en un infierno.

--Los tienes muy consentidos!

--Y tlos tienes muy castigados!

--Bueno, y qu --Oliver levantlas garras y separlos dedos con frustraci--. Entonces, que Lily se quede sin regalos? Vamos a arruinarle la Navidad a ella solo porque Max se confundi

--Y qutal si comparten los juguetes? --sugiriLuna, encogidose de hombros y mostrando las palmas.

--Y si Lily no quiere? Tiene derecho a rehusarse; es su regalo y ella decide quhacer con  --dijo al tiempo que golpelos dedos de una pata contra su otra palma, para remarcar la legitimidad de los derechos de Lily.

--Bueno, pues --dijo Luna, mordidose un dedo--, quiz tengas raz. Pero al menos podrs prometerle a Max comprarle una muca m adelante.

--No voy a comprarle una muca. No todo se arregla con dinero. Quieres que crezcan pensando que asde fil se resuelve todo?

--Pues entonces promele una para su cumpleas, bobo.

--Max no es tonto. --Oliver dio un par de golpes en su frente con un dedo--. Su cumpleas es en ocho meses, y prometerle algo en ocho meses es como decirle nunca.

--Entonces promesela antes --respondiLuna y estirsus garras para mostrar que su paciencia tambi comenzaba a agotarse--. No te estoy pidiendo que la compres ahora; solo que le des algo de esperanza. Luego, poco a poco, puedes hablar con , convencerlo de que realmente no quiere esa muca y darle la idea de pedir algo m que podamos comprar.

Oliver asinti comprendiendo el plan de Luna y listo para actuar seg sus indicaciones. Sin embargo, cuando se encamin Luna lo detuvo por tercera vez y puso ambas patas sobre sus hombros.

--Dame manejarlo a m Te prometo que hoy esa muca regresa a patas de Lily. Conf en m

Ambos se miraron en silencio, tratando de medir qui era el m indicado para hablar con Max y de qumanera. Al final, Oliver cedi asinticon la cabeza, y Luna respondicon un gesto de gratitud. Bajaron juntos las escaleras, con Oliver siguidola de cerca, sin querer perderse ni un instante.

Luna suspir alissu vestido un par de veces y llevlas patas al pecho. Justo cuando iba a bajar el timo escal, un grito resondesde la cocina.

--Mami! --exclamLily, emocionada, apareciendo en la puerta de la cocina. Luna y Oliver, preocupados por la situaci de Max, habn asumido que su hija a dorm en su cuarto. Pero allestaba, en la cocina, qui sabe desde hac cuto tiempo, observdolos desde el otro extremo de la sala.

Lily sosten en su pata un precioso cochecito de lat, pintado como una patrulla de polic. La ni presionalgunos botones en el juguete, y la torreta de luces azul y rojo del vehulo se encendi ascomo la sirena. Despu, presionotro bot, y los faros del vehulo se iluminaron con deslumbrantes luces. La ni corrihacia sus padres.

--Mami, Papi! Miren lo que me trajo Santa, es increle! --Y corrihasta donde se encontraban sus pap en la escalera, para mostrarles con orgullo el vehulo, el cual presentcon ambas patas--. Tiene luces, las llantas giran con el volante, y las puertas y la cajuela se abren! Las llantas son de goma, tiene de todo! Incluso vino con un oficial para patrullar la ciudad y mantener el orden --mencion abrila puerta del juguete y extrajo una figurilla de un gato gris con actitud gallarda y decidida, vestido en uniforme de polic.

Oliver y Luna intercambiaron una mirada; quiz esto complicaba sus planes, pero Lily estaba radiante. Al menos, eso pensLuna, puesto que Oliver recobrsu compostura y recordque hab una misi que debn completar.

--Lily, hija. --Se agachpara estar a su altura y colocuna pata en el hombro de ella. --Entiendo lo mucho que puede gustarte este juguete, pero debes saber...

Antes de que pudiera terminar, Luna le dio un suave empuj con la cadera, haciendo que Oliver perdiera el balance y acabara en el suelo. Entonces se acerca abrazar a su hija.

--...debes saber que precisamente por eso Santa te trajo justo lo que sab que te har m feliz.  te conoce mejor que nadie y sabe lo mucho que te gusta perseguir a los malvados a bordo de tu vehulo, no es as

--S mami! Santa lo sabe todo, no hay otra cosa que me hubiera encantado m que este cochecito. Desde que vi el envoltorio y lo abr supe que este era justamente el juguete que yo hab querido tanto y que Santa penspara m

M tarde ese mismo d, una bella dama de nombre Celine se admiraba en el espejo de una reputada tienda de ropa, observsu fico y lo bien que luc un hermoso vestido celeste, repleto de brillantes lentejuelas. Estaba decidida a comprarlo para asistir a un evento importante, una sofisticada fiesta donde se reunirn todos los embajadores del mundo. Pagel vestido, agradecia la cajera y salisosteniendo su costoso y exclusivo bolso rojo con cierres dorados, el cual era su favorito. Mientras caminaba, sus tacones hacn un encantador sonido en el hedo pavimento de una ciudad reci bada por la lluvia. Girsu cabeza a un lado y a otro, extrajo su telono inteligente y se dispuso a pedir un taxi. Pero en ese momento, un ladr enmascarado aprovechsu distracci y le arrebatsu preciado bolso y telono, ddose a la fuga en una motocicleta.

--Mi precioso bolso, con todas mis tarjetas! --dijo Max, interpretando a la desconsolada gatita--. Co podrasistir a la fiesta de los embajadores ahora?

De pronto, se oyla sirena! El rugido de un muscle car con motor de ocho cilindros y llantas de alta tracci retumben las calles.

--Descuide, serita --mencionLily, interpretando el papel de la oficial--. Aqula oficial Charlotte, lista para resolver el caso. Suba, por favor.

--Pero, no quisiera estorbarle --dijo con consternaci la gatita Celine.

--No es ninguna molestia. Este caso requerirde toda la ayuda necesaria, y voy a necesitar que la ica testigo de este crimen me ayude a recrear las pistas de todo lo que sucedi asque por favor... --Bajando del vehulo, le abrila puerta y, tomdola de la patita, la ayuda acomodarse en el asiento del copiloto. Las dos amigas, listas y decididas, se encaminaron a resolver el caso m importante de la ciudad de Clawson.

Oliver y Luna, abrazados y llenos de ternura, observaban a sus hijos jugar de esta manera por toda la casa.

--Parece que no estuvo tan mal dejarlos quedarse con los regalos "equivocados" --murmurOliver a su esposa y le diun beso en la frente.

--Nunca fueron los regalos equivocados --respondiella, entrelazlos dedos de su pata con los de  y se recargen su cuerpo--. A veces los nis nos ensen cosas maravillosas. amos nosotros los que estamos armando todo el problema, asumiendo lo que quern o no nuestros hijos. Tal vez el verdadero error fue no darnos el tiempo de escucharlos, de ver m allde nuestras propias ideas y entender qucosas realmente llenan de alegr a nuestros hijos.

--Tienes raz --contestOliver; llevla pata de su esposa hacia su hocico y la besen el dorso--. A veces creemos entender a nuestros hijos, pero quiz es solo que queremos ver reflejados en ellos lo que imaginamos para nosotros mismos.

--Ases querido --contestLuna y se acurruca m en el cuerpo de su esposo--, pero siempre hay tiempo para recapacitar y cada momento podemos intentar hacer las cosas de forma diferente. Luna suspiry tras meditar unos segundos, agreg --Si eso es cierto, qute parece si aprovechamos la oportunidad de conocerlos de verdad?

--A qute refieres? --preguntOliver y alzuna ceja.

--Bueno, a mno me molestar unirme y conocer las aventuras de la encantadora Celine y la valiente oficial Charlotte. Qute parece si elegimos alguno de sus otros mucos y nos unimos a la aventura?

--Lo dices en serio? --comentOliver, algo titubeante, con la curiosidad y nostalgia de revivir un juego que hac as no practicaba. Sin embargo, la chispa en los ojos de Luna y sus hijos lo convencide que, tal vez, esta vez ser diferente.

--Yo ya tengo a mi personaje Adelante, capit Steward! --exclamcon un gui, antes de dirigirse a la caja de juguetes para tomar al personaje que enriquecer el mundo que se estaba creando en la sala de los Purrlington.









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