Tras haberlo pensado, al final decidió que quería compartir el secreto con su amiga (y también su amor platónico) así que lo primero que hizo fue vestirse.
A continuación decidió salir, pero antes de hacerlo se fijó que casi era medianoche y sus padre no les dejaría, así que decidió grabar algo para no tener problemas con sus padres.
- Deseo no tener un horario de llegada o salida de casa y que mis padres no les importe el tiempo que estoy fuera.
- Dicho esto, salió de su cuarto, bajó las escaleras y se fue a casa de Paula, que vivía a unos 30 minutos de su casa andando.
Una vez en la puerta, y para no tener problemas con los padres de Paula, cogió la grabadora y dijo:
- Paula va a bajar a por un vaso de leche y me va a ver en su jardín
Dicho esto, se fue a la parte de atrás de la casa donde unos 2 minutos más tarde ve a Paula entrando a la cocina a por un vaso de leche.
Paula cuando ve a Julio se asombra y le abre la puerta que da al jardín de atrás. Una vez abierta le pregunta:
- Julio, ¿qué estás haciendo aquí a estas horas de la noche? ¿Va todo bien?
A lo que Julio le contesta:
- Va todo genial, he venido porque me gustaría enseñarte una cosa. Lo he encontrado esta noche y me gustaria compartirlo contigo.
Paula empezó a mirar a Julio de una forma muy rara, y más aún cuando le enseño la grabadora antigua. No sabía si le estaba gastando una broma de mal gusto o si era algo peor.
Al no hacer ningún comentario, Julio le empezó a explicar.
- Esto es una grabadora mágica que hace todos tus deseos realidad.
Al oír esto Paula no sabía si reírse del pobre Julio
- ¿Una grabadora mágica? ¿En serio? ¿Has estado bebiendo o fumando algo raro Julio?
Julio se imaginaba que no le creería. Vamos... ¿Quién lo haría en realidad? Así que decidió grabar un par de cosas en la grabadora.
- Paula va a ser capaz de ver todo los cambios que realice con la grabadora. - Dijo primero Julio, y luego siguió - Me gustaría que las paredes de su cocina fuera de un color amarillo chillón.
Paula se empezó a reír e iba a irse otra vez a dormir cuando de repente vio que las paredes de la cocina empezaban a cambiar de su tono blanco a un amarillo chillón. Se quedó muda. Miró a Julio otra vez, que estaba con una risa de oreja a oreja.
- ¿Cómo lo has hecho? - Le preguntó Paula
- Gracias a esta grabadora, que como te he dicho antes es mágica y puede alterar la realidad a tu gusto. - Le contesto Julio
- ¿Y puede alterar más cosas? Volvió a preguntarle Paula
- Todo lo que quieras, lo único que hay que hacer es grabarlo en esta grabadora y ya está hecho. - Le volvió a contestar Julio
- ¿Y qué quieres hacer con ella? - Preguntó Paula
- Lo que quieras, como te he dicho antes, me gustaría compartir ese nuevo “poder” contigo. - Dijo Julio
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