Justo al lado de david, aterriso el zapato de vestir mas grande que el pequeño hombre habia visto jamas. el zapatao estaba a centimertros de pisar el pequeño cuerpo de david, pero no lo hizo. david estaba petrificado, contuvo la respiracion con la idea de que si daba cualquier señal de vida, el hombre gigantesco podria fijarse en el y aplastarlo.
david pudo ver algunos detalles del zapato en la oscuridad. estaba gastado y viejo, y vubierto de polvo y suciedad, y estaba medio cubierto por un pantalon de vestir marron desgastado.
- Oh mi dios! un mendigo en la casa! - penso david, sin poder imaginar que hacia un pordiosero en la casa, a parte de buscar comida y un lugar para dormir.
- es no es manera de referirse al guardian que cuida y guia a las almas de un mundo a otro, pequeño mortal - dijo la voz del hombre gigante. david se quedo pasmado, no habia manera que esa personas escuchara los pensamientos de david. la voz del gigante era serena, pero inconfundible. era la voz de la figura alta del sueño de david.
- Oye! tu! oye! no me importa quien seas! devuelme a mi tamaño normal! - grito david lo mas alto que pudo.
- ahhh! entonces no te importa quien soy yo? eso esta mal hombrecito, ya que pasaras el resto de tu vida conmigo! - dijo el hombre mientras posaba el otro pie al otro lado de david, por lo que el hombre estaba parado con un pie a cada lado del charco seco de sera, sobre el cuerpecito de david entre los dos enormes zapatos.
- eh... eh! debe haber algun error señor, yo no he hecho nada - balbuceo david, intimidado, mientras se imaginaba el resto de su vida (Y mas) encogido a merced de este extraño gigante.
- Pues, vamos a examinarte hombrecito, a ver si eres realmente a quien yo busco - entonces, una pequeña llama aparecio sobre david, muy muy arriba. cuando los ojos de david se enfocaron, pudo ver que la llama salia la uña larga y afilada del gigante, iluminando su cara y el todo el cuerto con una luz bastante tenue. la llama se reflejo en los ojos de pupila roja de aquel gigantesco rostro, el cual tenia alguna especie de base de maquillaje blanca que cubria su frente, sus ojos y sus pomulos. de su cabeza caian largos y oscuros drelos negros, que salian de debajo de un gran sombrero de copa negro.
- eres ese hombre! el... el del altar de mi tio... eh, eh... - david se arrepentia de no haber leido mejor las estampillas que habia recogido aquella tarde. el personaje hasta ahora irreal, estaba parado sobre el, como una figura imponente y dominante! el gigante acerco su largo dedo a la vela sobre devid y la encendio, y el cuarto se ilumino mejor.
el gigante se agacho y se puso en cuclillas sobre el cuerpecito de david, con su intensa mirad infernal clavandolo inmovil en su trampa de cera. el gigante apollo sus codos sobre sus rodillas, juntando sus manos delante de su boca. el hombre tenia la piel oscura y casi brillante, con una tez envidiable. ademas del sombrero, los pantalones, los zapatos y el maquillaje, llevaba un chaleco de vestir morado sin nada debajo, exponiendo sus delgados pero tonificados brazos, dignos de un dios, y las axilas sin afeitar, de las que crecia una selva de pelo hirsuto. el chaleco al parecer no era de su talla, y tambien exponia la parte inferior del abdomen del hombre gigante. este tenia musculos abdominales bajos definidos, y entre ellos crecia un rastro de vello igualmente abundante e hirsuto, que llevaba hasta la parte posterior de los pantalones de vestir marrones, donde de podia apreciar un bulto enorme! del tamaño de la lata de crema de afeitar mas grande que te puedas imaginar, descansando flacido, junto a un delgado pero musculoso muslo dentro de los pantalones.
el gigante se balanceaba en la punta de sus zapatos de vestir, observando el cuerpo desnudo del pequeño david, pensativo. david estaba abrumado por la presencia de este descuidado y enorme hombre. y no habia nada que pudiera hacer, seguia atrapado en la trampa de cera de vela entre los zapatos de este hombre.
- yo soy Papa Legba, pequeño mortal, y tu alma es mia - dijo el gigante, justo al tiempo que acercaba una mano hacia el pequeño cuerpo de david. el pequeño hombre pudo ver las largas y amarillentas uñas de papa legba acercarse a su cuerpo desnudo. con miedo a que lo lastimara, david empezo a moverse y retorserce esperando poder librarse de la cera, pero no pudo hacer nada. justo cuando penso que las uñas iban a arrancar alguna parte de su cuerpo, david cerro los ojos y espero lo peor...