The Real Threat

La amenaza verdadera

Los Estados Unidos fueron hasta Irak y Afganistán para llevar la democracia a esas tierras distantes. Sin embargo, la amenaza real está mucho más cerca. Es una calamidad ver como se ha formulado nuestra política exterior. Nadie en el poder parece entender que Hugo Chávez traerá más problemas y tensión que Ahmedinejad o los Talibanes en un futuro próximo.

Barack Obama está listo para tomar las riendas del poder, pero no vemos que tenga una nueva visión de América Latina. Sus declaraciones con respecto a Colombia demuestran una falta de comprensión de la situación en ese país. Álvaro Uribe es tal vez el único amigo de veras que tenemos al sur de México. Pero Obama indicó que él se opone a cualquier ayuda económica a ese gobierno. Uribe en este mismo momento intenta desbandar a las guerrillas apoyadas por Hugo Chávez.

América latina ha estado en caos por décadas. Fidel Castro apoyó las sublevaciones izquierdistas con el dinero de la Unión Soviética. Cuando él perdió la ayuda de los soviéticos, Castro dejó de darles dinero a las guerrillas. Estas encontraron una fuente conveniente de fondos en el narcotráfico. Los narcotraficantes necesitaban protección y las guerrillas necesitaban dinero. Esa alianza les hizo la vida difícil a los gobiernos legítimos del continente.

Cuando Uribe subió al poder tuvo que enfrentar no sólo a las guerrillas de izquierda, sino también a los grupos paramilitares que habían sido formados contra las guerrillas. Se vio forzado a pedir ayuda a los Estados Unidos porque las guerrillas tenían demasiado dinero y armas-y a Hugo Chávez. Bush le ayudó, pero Obama, a juzgar de sus declaraciones previas, podría oponerse a la ayuda de los E.E.U.U. Eso sería un grave error.

Solo cabe esperar que el equipo que él ha reunido para ayudarle a gobernar posea una visión clara de la realidad continental. Hugo Chávez no es una amenaza que se pueda ignorar. Con dicho y hecho él ha expresado su odio hacia los Estados Unidos. Él ha formado causa común con Ahmedinejad y Putin. Dime con quien andas y te diré quien eres.





The real threat



The United States went all the way to Afghanistan and Iraq in order to bring democracy to those distant lands. However, the real threat is much closer to home. Our foreign policy has been mismanaged. Nobody in power seems to understand that Hugo Chavez will bring more trouble and tension in the near future than Iran’s Ahmedinejad or the Taliban.



Barack Obama is ready to take the reins of power, but we have seen little evidence that he understands Latin America. His only statements regarding Colombia belied a misunderstanding of the situation in that country. Alvaro Uribe might be the only real friend we have south of Mexico. But Obama stated that he opposes any economic aid to that embattled government. Uribe is at this very moment trying to dismantle the guerrillas supported by Hugo Chavez.



Latin America has been in turmoil for decades. Fidel Castro supported the leftist uprisings with money given to him by the Soviet Union. When he lost the support of the Soviets, Castro stopped giving money to the guerrillas. They found a convenient source of funds in the drug trade. The drug lords needed protection and the guerrillas needed money. That alliance made life difficult for legitimate governments throughout the continent.



When Uribe came to power he had to confront not only the guerrillas from the left, but also the paramilitary groups that had been formed to resist them. He was forced to ask the United States for help, because the guerrillas had too much money and weapons—and Hugo Chavez. Bush came to his aid, but Obama, to judge from his previous statements, might oppose U.S. support. That would be a grave error.



We can only hope that cooler heads will prevail and that the team he has assembled to help him govern has a more enlightened view of continental realities. Hugo Chavez is not a threat to be ignored. By word and deed he has expressed his hatred of the United States. He has joined forces with Ahmedinejad and the Putin. You shall be judged by the company you keep.